Sí es verdad, no es lo mismo que tenerlos cara a cara en clase, poder tocarlos, poder olerlos… Pero hay que reconocer que funciona y, sobre todo, estamos adquiriendo unas competencias nuevas y útiles.
El uso de la videoconferencia nos está ofreciendo que nuestros alumnos sigan las clases y el desarrollo de los trabajos con la presencia e interacción de sus profesores. Ellos mantienen un nivel de socialización alto, una rutina diaria y un ritmo de trabajo adaptado a las nuevas circunstancias. Todo esto sin abandonar nuestras claves metodológicas y, sobre todo, la cercanía necesaria para detectar sus necesidades emocionales.
¡Un aplauso para ellos, nuestros héroes!
#sartu!