“75 Urte Bilbon”
Mis primeros pasos en este cole se remontan al 15 de septiembre de 1.977; subí aquella cuesta llena de nervios y encontré un edificio en la ladera del monte, por entonces un centro femenino rebosante de alumnas de la zona y cercanas. Me esperaban para darme la bienvenida Madre Nieves Mendioroz y a su lado Sor Begoña Naberan y Sor Inés Santos. Me llevaron a mi aula, bajo el patio, una espaciosa clase en la que me esperaban 42 alumnas de 7 años, era 2º de E.G.B, al lado Azucena con 1º de E.G.B y Sor Puri y Sor Concepción con los grupos de 5 años.
Los dos cursos siguientes estuve en el cole de Deusto con grupos de 2º y 4º de E.G.B; eran menos alumnas pero fuimos una pequeña familia feliz; allí estaban Sor Angeles con los de 5 años, Sor Francisca y Sor Sagrario con los de tres. Recordar en Deusto a Sor Gloria y su bondad con todos aquellos que se acercaban a pedir una ayuda.
Volví a San Ignacio y allí, en una pequeña casita, donde se ubica actualmente la Haur Eskola, compartí aulas con Sor Catalina por un curso, también mencionar a Sor Celina, que estuvo poco tiempo en nuestro cole de Bilbao. Por aquel entonces era nuestro capellán Don Rufino, sacerdote que muchos años nos dirigió espiritualmente.
Y ya en la década de los 80 el cole se había quedado pequeño, se iniciaron las obras del edificio central, y según se acabaron se llenó de alumnas entusiastas y familias estupendas. Por entonces Sor Begoña Naberan fue directora y pronto observó la necesidad de impulsar el euskera en nuestro centro y además el hacerlo mixto para adaptarnos a las nuevas necesidades del momento. Estaba en una primera etapa Sor Begoña Gómez, llegó Sor Maria del Valle y se fueron produciendo lógicos cambios en nuestro centro: se solicitó continuar la Enseñanza General Básica con la etapa de B.U.P., (Bahillerato Unificado Polivalente) y se abrió el C.O.U.
Ya estaba, por entonces, atento a todo el señor Zinio que resolvía todos los pequeños problemas del día a día junto a su esposa Visi y su hijo Eduardo que, durante años ha continuado la labor paterna y que ahora se recupera de una operación y al que deseo una total recuperación.
Un tiempo después llegó, como directora, Sor Pilar Burgos, mujer visionaria que supo ver, claramente las necesidades del cole. Contrató a los primeros profesores, ya estaba Juan Carlos en Educación Física, crecía el claustro; por aquel tiempo ascendí, de forma provisional entonces, luego definitiva, a Bachillerato, y allí como tutora de diferentes cursos enseñar, Historia, especialmente. Se nos incorporaron Sor Alicia-Sor Mª Luisa, Sor Regina que tanto nos aportaron.
A la vez debo citar a Sor Angustias en dos momentos, Sor Olivia, Sor Mª Pilar Axpe- y Sor María Clérigo, hermanas de la Comunidad que nos acompañaron en algunas etapas. Y después a la queridísima Sor Marta en Infantil, en el edificio propio, que fue el broche de oro de nuestro cole.
Y, para terminar, mi recuerdo cariñoso a las compañeras: Ángela – Mercedes Garrido – Aurora – Azucena – Blanca Burgos – Blanca Madrigal – Idoia – Isabel – Mª Ely que ya gozan de una merecida jubilación y, se dice, se comenta, se murmura que tres más lo conseguirán a fin de curso ¿quiénes? ellas os lo dirán cuando proceda.