Allí estaba la Amatxu de Begoña el viernes 27 de mayo. Con gran paciencia esperaba vernos aparecer por las puertas de la Basílica. Tras dos años sin poder acudir a nuestra cita anual, fue un gran honor volver a pasar un ratito como comunidad educativa a sus pies, a ofrecerle nuestro trabajo, nuestros esfuerzos… a dedicarle una oración, a pedir por nuestras familias, a volver a dedicarle nuestras voces hechas canción.
Tras ello y con toda la ilusión volvimos al cole para convivir durante toda la jornada. Hubo de todo: un gran panel con todas las firmas del alumnado y del profesorado, una fotografía hecha con un dron, comida popular en el patio, juegos y… ¡chocolate!
La estela de Madre Trinidad también quiso estar entre todas nosotras y nosotros de nuevo celebrando esta estupenda jornada como clausura de los 75 años de permanencia en Bilbao de las Esclavas de la Eucaristía y de la Madre de Dios.