Nació el 28 de enero de 1879
Mercedes se distinguía por su carácter vivo e impetuoso; su dinamismo y creatividad se harán presentes en muchos momentos de su vida, pero al mismo tiempo llamaba la atención su buen juicio y seriedad.
Todavía muy niña, en julio de 1887, sufrió una gran pérdida, moría su madre después de dar a luz. La muerte fue precedida de una despedida en que la buena madre encomendaba sus pequeños a la protección de la Virgen Madre. «No os dejo huérfanos, les dijo, señalando un cuadro de María, ahí tenéis a la que desde hoy cuidará de vosotros y será vuestra madre.» Esta vivencia quedó grabada en Mercedes y, desde sus ocho años, no la abandonará jamás.
Cambio de rumbo
La muerte de su madre, cambió el rumbo de su vida, pues su padre y su abuelita decidieron internarlas, a Mercedes y Pepita, en el Colegio de Sta. Inés para que las Religiosas atendieran a su educación . Allí permanece Mercedes hasta los catorce años que regresó a Monachil, con un único deseo: «Prepararse para hacerse cargo de su padre y hermanos».
Sin embargo en esos años, en ambiente propicio de contacto con la Eucaristía, se va forjando una vocación: «Ser toda de Dios». En Monachil vive unos meses con sus abuelos, ya que su padre había contraído nuevas nupcias y no se consideraba necesaria en el hogar familiar. Allí, aconsejada por el parroco, va madurando su vocación y decide hacerse Religiosa Capuchina, en el convento de S. Antón de Granada
Las capuchinas de San Antón
Ante la decisión, su padre le pide que retrase la entrada hasta tener más edad, por la austeridad de la Orden y su juventud, pero está decidida y contesta a su padre: «Yo quiero unirme a uno que no me olvide tan pronto como Vd. ha olvidado a mamá». Se fija la entrada para el día 28 de julio de 1893, en el convento de S. Antón, por sus deseos de vida contemplativa y penitente. Desde el comienzo se somete a las austeridades de la Regla y largos tiempos de oración.
Mercedes se dedicó desde el principio con todas sus fuerzas a ser santa: trabajaba sin desmayo, oraba y practicaba las penitencias reglamentarias; sin embrago la Comunidad no veía con agrado a la Postulante, temían por su salud y consideraban una dificultad su carácter serio y retraído.
La abuela y la tía de Mercedes, Religiosa en S. Antón, hicieron todo lo posible para que volviera a casa, retirándole la dote. Mercedes ora y busca la voluntad de Dios, como hará a lo largo de su vida.
Al cabo de tres años, llegó la dote de la marquesa de Blanco Hermoso para una Postulante, y la Comunidad se la aplica a ella. Se han convencido de su decidida vocación.
El 21 de Noviembre de 1896, en la fiesta de la Presentación de María, toma el hábito y recibe el nombre de Sor Trinidad del Purísimo Corazón de María.
Transcurre su Noviciado en un remanso de paz, profundizando en la Sagrada Escritura y algunos autores místicos como S. Juan de la Cruz. Sigue en todo a la Comunidad, en el trabajo y las prácticas de piedad y penitencia, y hace su Profesión de Votos el 26 de Noviembre de 1897. Ya profesa Sor Trinidad experimenta sus luchas, propias de su carácter impetuoso y también se esfuerza por dominarse y ser humilde.
Ella lo expresa en sus escritos: «La contrariedad de vivir con tantas ancianas y enfermas, y el pensamiento de que aquello no cambiaría nunca, muchas veces me atormentaba.
Jesús lleno de misericordia y amor me dijo: Quiero que aprendas mi ejemplo con los enfermos, desgraciados e ineducados, todos son mis hermanos. Aprende la humildad y mansedumbre de mi corazón…»