Un periodo de pandemia intenso nos ha impedido poder celebrar muchos encuentros con festivales, fiestas…que tristemente se han tenido que suspender. El curso pasado, tuvimos que renunciar también a celebrar el Encuentro Deportivo Madre Trinidad.
Pero poco a poco vamos ganando al virus y con la paulatina recuperación de la normalidad se abre la esperanza de poder celebrar el próximo XXII Encuentro Deportivo Madre Trinidad en Bilbao. Un encuentro en el que los colegios de la Congregación se acercarán a Bilbao para celebrar unos días de convivencia deportiva y familiar. Las familias de Madre de Dios Ikastetxea, tendremos la oportunidad de acogerlos, para que podamos vivir juntos esta experiencia.
Y, ¿qué puedo contaros que no despierte en mí grandes recuerdos llenos de ilusión? Desde mi experiencia como madre de antiguos alumnos que tuvieron la oportunidad de ser testigos de anteriores encuentros, y como antigua presidenta de la AMPA del colegio, puedo decir, para empezar, que es un fin de semana muy enriquecedor tanto para nuestros hijos e hijas como para nosotras mismas, las familias. Son tres emocionantes días que nos dejan el recuerdo de la magia que se produce cuando las personas se encuentran y celebran juntas.
Todo da comienzo el viernes con una gran bienvenida. Recibimos al Encuentro a los colegios invitados. A las familias nos toca acoger a los niños y niñas que vienen a participar. Es el momento de mayor emoción, ilusión y alegría: los nervios que se despiertan por la sorpresa de conocernos.
Yo nunca olvidaré la ilusión de mis hijos por conocer a los niños y niñas que iban a ser sus invitados durante unos días y con los cuales iban a forjar una amistad que perdurará más allá de los días del Encuentro. La primera experiencia la vivieron como anfitriones, pero con el paso de los años esos días se convertirían en el reencuentro emocionante con unos amigos que hace tiempo que no veían.
La Jornada Deportiva la marca el sábado. Familias, alumnado, Equipos Docentes, Equipos Directivos, AMPA… y la Congregación compiten y se divierten en las distintas modalidades deportivas. Se trata de un día de convivencia en el colegio marcado por el respeto, la tolerancia y la fraternización. No solo nuestros hijos e hijas establecen relaciones, también las familias llegamos a establecer lazos de unión muy cordiales con las que nos visitan, con los docentes y con la dirección de nuestro propio colegio.
El Domingo, último día, viene marcado por sentimientos que se entremezclan: la ilusión y alegría por seguir conviviendo con nuestros nuevos amigos en la Eucaristía pero también de tristeza por la despedida de los colegios invitados que vuelven a sus respectivas ciudades. Nos despedimos de ellos con una promesa: “¡nos volveremos a ver en el próximo Encuentro Deportivo!”.
Para finalizar estas pequeñas líneas, os animo a que participéis de esta experiencia que os aseguro es enriquecedora para vuestros hijos e hijas, para vosotros y vosotras y para todas las personas que vienen a conocernos. La colaboración como familias acogedoras y como parte de la organización del evento junto al personal del colegio os va a aportar sentido y pertenencia de esta gran Comunidad Escolar. Son días de trabajo y de esfuerzo, pero os puedo garantizar que, desde mi experiencia, la satisfacción de ver la ilusión, la alegría, la emoción y la felicidad reflejada en la cara de vuestros hijos e hijas compensa todo el esfuerzo.